Somos lo que dejamos en las personas
La partida de Nico Mejía
En Barichara, un rincón hermoso del mundo, la ausencia de Nico se siente en cada lugar donde pasaba tiempo departiendo con todos los que lo conocimos.

Crédito: Orarbol Abril Navarro
"Finalmente somos lo que dejamos en el corazón de las personas", una conmovedora reflexión que resuena con una verdad profunda, especialmente en momentos tristes, cuando el vacío que deja una persona se llena con los recuerdos y momentos que compartió con la gente mientras vivió.
20 de septiembre de 2025
Nicolás Mejía Correa nos dejó la mañana del 20 de septiembre soleada y calurosa, cuando en su bicicleta recorría los campos de la vereda Arbolito. Un infarto lo separó de la vida, mientras el Cuerpo de Bomberos de Barichara corrió en vano hacia donde estaba su cuerpo que ya no respondió cuando llegaron a auxiliarlo. Su familia, amigos y conocidos aún no pueden creer que así de repente, hoy ya no lo vean y escuchen más en los lugares y calles que solía frecuentar.
El paisa de Barichara
Nico, el paisa con acento marcado, vitalidad y vigor que mostraba a todo el que se cruzaba en su camino, su hablar franco, sincero y siempre con buen humor, lo dieron a conocer en Barichara, al igual que su trabajo como guía profesional de turismo de aventura, compañero y amigo, que en el ir y venir a otros lugares del país, no se alejó de este pueblo del que vivía enamorado y había elegido como su hogar.
Del Cañón del Pipintá a Barichara
Tenía 48 años y había llegado a Barichara desde el Cañón del Pipintá, donde creció entre extensos paisajes y naturaleza que aquí entre las montañas de los Yariguíes y el morro que tanto nombraba en sus relatos, le permitieron seguir disfrutando de esa vida al aire libre y en total conexión con el campo.
Con su modo de vida, demostró interés por cuidar esa naturaleza que cuando no recorría por su trabajo se dedicaba a cuidar de diferentes maneras, y alguna vez emprendió el proyecto de hacer una paca digestora para aprovechar los residuos orgánicos que sobraban en los restaurantes y las casas con la intención de producir un abono orgánico que para él significó un devolverle algo a esta tierra que tanto le había dado.

Montañas de los Yariguíes
Un explorador innato
Nico deja muchos recuerdos y la imagen de un innato explorador que además se interesaba por conocer mejor la historia de Santander. Esta fue una de las razones por las que hacía 13 años había decidido venir a Barichara. Quería conocer de cerca sus caminos y desde aquí saber sobre la vida de Geo Von Lengerke, el alemán errante que se enamoró de estas tierras como él lo hizo.
Habiendo escuchado que el libro "La Otra Raya del Tigre", del escritor bumangués Pedro Gómez Valderrama, de quien recientemente se ha publicado una nueva edición que incluye cuentos completos, le sería de gran ayuda para ampliar su conocimiento; se dio a la tarea de conseguir el texto que con dificultad después de meses, logró leer y así entender más los motivos y el paso del explorador alemán.


Enamorado de Santander
Nico exploró siempre en presencia del Cañón de Chicamocha que le recordaba al Cañón del Pipintá donde pasó los mejores años de su infancia. Recorriendo Santander no se limitó únicamente a mostrar sus senderos. Los vivía, los exploraba con esa curiosidad incansable que lo llevó a conocer la historia y recorrer cada recoveco de la geografía de este territorio del que vivió enamorado.
"Soy un montañero enamorado de las montañas que están al frente. De ese morro y de los Yariguíes. Estos me llevaron a leer la historia y me tragué con toda. Así es que me he dado a la tarea de explorar las montañas alrededor de todos estos cañones. Vivo enamorado de Barichara y Santander."— Nicolás Mejía Correa
Nico dejó una marca imborrable en todos los que tuvimos la oportunidad de conocerlo. Su calidez, su energía y don de gente vivirán por siempre en nuestros recuerdos.
Descansa en paz, Nicolás.
Por: Diana Milena Báez
Periodista y escritora