La Tienda de Martica

Por: Diana Milena Báez

Es una de las tiendas más antiguas que tiene Barichara e invita a viajeros y locales para descubrir un rincón que refleja la esencia campesina y artesanal del pueblo. Su dueña además nos contó la historia de su verdadero nombre.

La gente en el pueblo la conoce como Martica. Pero solo pocos saben que su verdadero nombre es otro. Dice entre risas que el "culpable" de que no se llame Marta es su papá.

Martica en la tienda

Martica en la tienda

"Cuando mi papá fue a registrarme, el registrador le preguntó por el nombre que me quería poner. Mi papá le dijo que me pusiera Marta."

"A lo que el registrador le dijo que por qué mejor no me ponía Beatriz. Mi papá le preguntó por qué no Marta y el registrador le respondió que Beatriz se llamaba una hija que se le había ahogado en el Río Suárez."

"Mi papá conocía el caso de la muerte de esa niña y se sintió comprometido. Entonces le dijo: pues póngale Beatriz. Ese fue el cuento."

"Cuando llegó a la casa y le dijo a mi mamá que ya no me llamaba Marta, si no Beatriz, mi mamá le dijo, pues no. Ella se va a seguir llamando Marta porque ese es el nombre que se le escogió. Y así fue que quedé registrada como Beatriz pero en la casa me siguieron llamando Marta y es con este nombre que también todo el pueblo me conoce."

Beatriz Rangel Bueno, (Martica), nació y ha vivido toda su vida en Barichara. En 1979 abrió la tienda junto con su esposo don Trino Quiñónez y ambos estuvieron de acuerdo en llamarla la Tienda de Martica, cuando se la compraron a sus dueñas que la habían tenido por más de 50 años.

Tienda en la esquina

Tienda en la esquina

Quién ha entrado en la tienda, además de sentirse transportado en el tiempo, sale con uno que otro de los "souvenires" que Marta ofrece. Algunos quieren llevarse de recuerdo una foto con la dueña, a lo que ella acepta con gusto y tiene colgadas en la pared algunas con los visitantes famosos que han conocido su tienda.

Pared con fotos

Pared con fotos

Jamás ha hecho un inventario porque no lo ha visto necesario. Sabe bien dónde está cada cosa. "La vitrina de los cacharros" es su favorita porque ahí muestra los artículos más preciados y tradicionales para sus clientes del pueblo y otros lugares.

Vitrina de los cacharros

Las tradicionales alpargatas

Las tradicionales alpargatas, la máquina de afeitar del abuelo, los trompos, las trampas para los ratones, los coladores para la chicha, los pocillos y platos esmaltados, los cepillos de pelo de caballo, las velas de cebo, el jabón de tierra y un montón de productos que no pasan de moda.

Logo de La tienda de Martica

Martica ha logrado mantener abierta la tienda por su constante trabajo y cuando se tiene que ausentar, no ve la hora de volver a estar tras sus vitrinas que le han dado ocupación diaria y más sentido a su vida en Barichara donde se llama Marta o Beatriz, eso ya no importa, pero sí, que todos los días tenga en qué trabajar, se distraiga conversando y vea el tiempo pasar.

Un tesoro de tradición

La Tienda de Martica es más que un negocio; es un museo viviente que preserva la memoria de Barichara. Cada objeto en sus vitrinas cuenta una historia, y Martica, con su calidez y conocimiento, es la guardiana de estas tradiciones que conectan el pasado con el presente del pueblo más hermoso de Colombia.

Publicidad

Publicidad